Cómo cocer espárragos blancos

El espárrago blanco es un manjar.  Habitualmente los comemos en conserva y son deliciosos, pero frescos son algo espectacular. Cuando llega la temporada de los espárragos los mercados se llenas de estas maravillas blancas.
Durante muchos años, curiosamente, no me atreví a comprarlos ya que no sabía lo fácil que era cocinarlos.
Un día que fui al mercado, tenían unos espárragos de Navarra espectaculares, y se me iban los ojos detrás de ellos.
Delante de mi había un señor, que compro un par de docenas. A pesar de que por aquél entonces seguía siendo algo vergonzosa, no puede resistirme a preguntarle como los preparaba.
Su respuesta me dejo perpleja, ya que no podía ser más sencillo. 
En cuanto me toco el turno de compra, yo también me lleve un buen manojo a mi casa y probé ha prepararlos como el me indicó.
Desde entonces no he dejado de comprarlos cada año cuando llega la época.
Ya sabéis " los de abril para mi, los de mayo para el amo y los de junio para ninguno"
Y es que a final de la temporada los espárragos empiezan a amargar y son más duros. 
Bueno después de contaros un poco de mi vida, y vamos al truco de hoy.

  • Lo primero de todo es pelar los espárragos. Con un pela-patatas retira la capa exterior del espárrago, excepto la punta, que es tierna y no le hace falta pelado. De esta manera retirarás todas las hebras o al menos lo intentas porque alguna siempre se resiste.
  • Corta un par de centímetros de la parte de atrás que es la más seca y dura.
  • Pon una cazuela ancha con abundante agua y calienta con 1 cucharadita de azúcar y 1 de sal.
  • Cuando el agua empiece a hervir echa los espárragos y déjalos cociendo durante unos 15 - 20 minutos.
  • El tiempo de cocción dependerá del grosor. Puedes pinchar alguno con un palillo o una brocheta para comprobar si está en su punto. Si aún está duro y ofrece resistencia al pinchar, déjalos cocer durante unos minutos más pero ahora ya sin depistarte, no vaya a ser que se te queden blandengues.
  • Sácalos de la cazuela con cuidado y deja que se entibien antes de comerlos.
  • A la hora de servir las opciones son enormes. Yo reconozco que como me gustan tantísimo, me da pena aliñarlos. Como mucho les pongo una pizca de sal por encima y algún día que me siento generosa un chorrito de aceite de oliva virgen. 

Su sabor es suave, perfumado, delicado, a mi me vuelven loca.
Espero que este truqui te sirva y no tardes tanto tiempo como yo en probarlos, porque te estarías perdiendo una verdadera maravilla de la huerta.

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