Sopa de cebolla


Lo que más me gusta del otoño y del invierno, es que con el frío apetecen mucho más las sopas y cremas de verduras. Y como me declaro adicta al "cuchareo" en cualquiera de sus versiones, pues en esta época del año preparo muchas de estos platos, para poder disfrutar de ellos a la hora de la comida y especialmente para la cena. 

Cuando vuelves a casa, que ya es de noche con frío y cansado, sacar del frigorífico un plato de una buena sopa o crema reconforta a cualquiera.
Además a menudo las sopas y cremas más ricas se hacen con pocos ingredientes y de los que tenemos en casa habitualmente.
Este es el caso de la sopa de esta receta. Con unas cebollas y un poco de queso se puede hacer un manjar. 
Lleva algo de tiempo por eso suelo aprovechar a dejarla lista los fines de semana y luego se conserva perfectamente bien refrigerada.
Preparación: 1 hora y 20 minutos
Ingredientes para 4  comensales:
3 cebolletas frescas o 2 cebollas
3 o 4 cucharadas de aceite
queso parmesano
rebanadas de pan del día anterior
perejil seco
1 l o algo mas de caldo de verduras o de agua en su defecto (pero nada de pastillas de caldo ¿vale?)
50 ml (1/2 vasito) de vino blanco
sal y pimienta negra
1 cucharada rasa de harina

  • Corta las cebollas a la mitad y luego en finas láminas. Yo lo hago con el procesador porque es más rápido pero se hace estupendamente con una mandolina, y si no tienes ninguna de las dos cosas con un cuchillo bien afilado.
  • En una cazuela un poco amplia coloca el aceite y cuando esté caliente echa la cebolla. 
  • Deja que se poche despacio. Si le añades un poco de sal en este momento ayudará a hacerse mejor. Yo suelo cocinarlo con la tapadera puesta para que no se seque demasiado rápido.
  • Id dando vueltas cada poco tiempo para que no se pegue e ir controlando la cocción.
  • Al cabo de unos 20 minutos más o menos estará blandita y algo transparente, añade entonces el vino blanco y deja evaporar el alcohol.
  • Ahora  agrégale la cucharada de harina revuelve bien y seguido echa el caldo o el agua. Tapa de nuevo y deja hervir suavemente durante unos 25 o 30 minutos.
  • Yo le añado ahora un poco de perejil picadito.
  • Mientras corta las rebanadas de pan y pon sobre ellas el queso rallado.
  • Gratina en el horno durante unos 8 minutos y reserva. Habitualmente este paso se hace una vez que la sopa está servida en los cuencos individuales y se gratina con la rebanada de pan sobre la sopa y una buena capa de queso por encima, pero como yo la quiero conservar para cualquier otro día que me apetezca y de paso ahorrar algo de tiempo hago este paso de manera separada.


  • Una vez hecha la sopa se sirve bien caliente con un par de tostadas de queso y un poco de perejil por encima. Yo además le añado unas lascas de queso parmesano que le dan un toque de rechupete.

  • El resto de la sopa se conserva una vez fría, en el frigorífico bien tapada, para que no coja olores. Cuando vengas de trabajar solo tendrás que calentarte un buen plato y añadir un poco de queso parmesano por encima. La tostada gratinada la dejaremos para los días festivos. Jeje.

¿A qué te apuntas a un buen plato?

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