Boquerones en vinagre

Como dice mi hija pequeña "como una cosa tan sencilla puede estar tan buena". Y eso mismo pienso yo.
Los boquerones en vinagre no tienen mucha elaboración, solo un poco de tiempo de espera. Y el resultado es un aperitivo de escándalo.
Esa mezcla de sabores, ácido del vinagre, picante del ajo, sabroso del aceite y por supuesto delicioso de la anchoa es inconfundible. Para mi lo mejor de hacerlas en casa es la textura, ya que no me gusta nada que queden demasiado blandas y las que venden preparadas suelen pecar entre otras cosas de estar blandengues.
Yo las preparo con la receta de mi madre, la de toda la vida de mi casa. Es una de las primeras recetas en mi cuaderno de cocina (que tiene ya muchos años y alguna que otra mancha de vejez).
En esta ocasión las preparé con una esplendidas anchoas que me regalo mi amiga A. Recién pescaditas del Cantábrico, un auténtico lujo.
Espero que os guste.

Ingredientes:
Anchoas bien frescas por ejemplo 500 gr
Sal gruesa
1 limón 
vinagre 1/2 litro aproximadamente
2 ajos
perejil
aceite de oliva virgen
  • Limpiamos bien las anchoas y quitamos la espina central.
  • Las ponemos en un recipiente  y las congelamos durante 48 horas, por si acaso tienen anisakis. 
  • Las descongelamos sobre un colador para que pierdan el líquido.
  • Las vamos colocando sobre una fuente o bandeja con la piel pegada a la fuente.
  • Echamos por encima sal gorda espolvoreada, y dejamos así durante 2 horas.

  • Cuando haya pasado este tiempo echamos el zumo de limón y vinagre mezclados hasta cubrirlas por completo.

  • Así estarán 3 horas.
  • Ahora solo queda lavarlas bien para eliminar el exceso de sal y vinagre y una vez escurridas separar los dos lomos  y aliñarlas con ajo, perejil picado y aceite de oliva suficiente para que las cubra un poco. (Yo, tal y como me enseño mi madre, antes de ponerles el aliño separo los dos lomos quito la pequeña aleta dorsal, y corto con unas tijeras la cola, así quedan perfectas, pero si no sois tan tiquis miquis con separar los lomos será suficiente)
  •  Las dejamos reposar al menos un par de horas mínimo y si es hasta el día siguiente, mejor.

Un trozo de pan bueno, boquerón y una copa de vino, el aperitivo perfecto, si además es en buena compañía, no se puede pedir más. 



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