Brazo de gitano de chocolate y crema mascarpone

Existen varias teorías que intentan explicar el origen del nombre de este postre. Unas dicen que un monje español que vivió en la Edad Media, en uno de sus viajes, visito un monasterio en Egipto y se trajo de allí este postre, empezándose a llamar "brazo egipciano", luego fue degenerando y termino llamándose brazo de gitano.
A mi personalmente me gusta más la otra versión. Se dice que los caldereros, que iban reparando ollas y sartenes de manera itinerante, y que la mayoría era de etnia gitana, en algunas ocasiones recibían de los pasteleros como pago, bizcochos enrollados con algún tipo de crema u otros rellenos de lo que les quedaba de hacer los pasteles. Por este motivo empezó a llamarse así, ya que era como un brazo que se les daba a ellos.
Pero venga de donde venga el nombre, el caso es que esta buenísimo y es un postre mundialmente extendido. El bizcocho es una plancha de bizcocho genovés que se puede aromatizar de diversas formas, y luego va relleno de cremas, natas, frutas...
En esta ocasión el bizcocho lleva algo de cacao y café soluble, y la crema de mascarpone le va que ni pintado.

Ingredientes:
25 gr de Maizena
35 gr de harina15 gr de cacao puro en polvo

90 gr de azúcar
3 huevos
2 cta de café soluble
1 pizca de sal

1 tarrina de queso mascarpone
1 bote de nata para montar (200 ml)
6 cta de azúcar molido
(El azúcar de la crema es orientativo, a nosotros no nos gusta excesivamente dulce, si sois golosos tendréis que poner algo más)

70 gr de chocolate de cobertura
4 cucharadas de leche
  • Separamos las claras y las yemas.
  • En un bol batimos a fondo las yemas junto con el azúcar, hasta que quede una crema de color amarillo claro.
  • En otro bol batimos las claras con una pizca de sal, hasta que estén a punto de nieve.
  • Tamizamos el resto de ingredientes, harina, Maizena, cacao y café soluble.
  • Precalentamos el horno a 180º.

  • Mezclamos las yemas con las claras a punto de nieve, pero primero echamos solo un par de cucharadas envolvemos bien y luego el resto en dos tandas más. Importante, hay que mezclar con movimientos envolventes, no batiendo, porque sino las claras pierden todo el aire que tienen y el bizcocho no quedará esponjoso.
  • Por último añadimos la mezcla de harina tamizada y con mucho cuidado y con los mismos movimientos envolventes mezclamos. 
  • En la placa del horno ponemos un papel encerado y sobre él volcamos la masa repartiéndola en una capa más o menos igualada.
  • En unos 8 minutos esta listo, no conviene que se seque mucho, porque luego se rompe al enrollarlo. (No es la primera vez, y seguro que no será la última, que me pasa).
  • Sobre un trapo de cocina de algodón, espolvoreamos azúcar molido, y sobre el volcamos la plancha de bizcocho.
  • La enrollamos en vacío, mientras está caliente, para que luego no se nos rompa demasiado. Aunque algo siempre puede que se cuartee, sobre todo si dejamos que se haga más de la cuenta la base de bizcocho.
  • Mientras se enfría, batimos la nata hasta que tenga una consistencia espesa, añadimos el azúcar y el queso mascarpone y volvemos a batir. Pero solo lo necesario para que se mezclen bien.
  • Una vez fría la placa de bizcocho, desenrollamos y extendemos la crema.

  • Lo volvemos a enrollar, y decoramos con chocolate fundido, o con virutas de chocolate rallado.
  • Para el chocolate de la cobertura, ponemos en una taza el chocolate para fundir bien troceado y la leche. En el microondas 30 segundos y revolver bien hasta que se funda por completo, si los trozos eran un poco grandes igual hay que poner otros segundos más a calentar, pero hay que hacerlo poco a poco, si no el chocolate se quemará.
     

    Cuidadito, que os estoy viendo como se os hace la boca agua, y se os va a mojar el teclado del ordenador. Pasa la foto y corre a la cocina a prepararlo. 

    Nota: en muchas ocasiones se prepara un almíbar para emborrachar ligeramente el bizcocho antes de rellenar y enrollar. En esta ocasión no lo considero necesario, porque la crema de mascarpone es bastante consistente y da suficiente untuosidad al pastel, pero por este motivo conviene dejarlo posar un par de horas, (si es posible, no es obligatorio) para que traspase parte de su humedad al bizcocho. De todas maneras he de reconocer que en general,  no soy partidaria de mojar los bizcochos. (Manías supongo)
    El café soluble no pasa nada si no se echa, pero refuerza el sabor del cacao en el bizcocho y le da un gusto muy rico.

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